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Acné

piel con acné

1. ¿Qué es el acné?

El acné es una enfermedad multifactorial, que ocurre por la afectación inflamatoria crónica de la unidad pilosebácea. Es una de las patologías más frecuentes en los adolescentes, presentándose en alrededor del 80 % entre los 13 a 18 años; en la que la piel produce un exceso de sebo, el cual, unido a un trastorno en el proceso de queratinización, no puede drenarse hacia el exterior. Presenta brotes y deja cicatrices, provocando un impacto en el desarrollo psicológico y social del paciente que lo padece.

En la edad adulta, el acné es mas frecuente en mujeres que en hombres siendo uno de los motivos principales de consultas dermatológicas en el Ecuador. Dentro de las secuelas o efectos secundarios del acné se encuentran las manchas o hiperpigmentaciones post-inflamatorias y la retracción cicatricial a largo plazo. 

Las bacterias del acné pueden multiplicarse por la excesiva producción de sebo.

2. Factores responsables de la aparición del acné

Existen 4 factores patogénicos básicos responsables de la aparición del acné:

El aumento de la producción de sebo

Es resultado de la estimulación de las glándulas por parte de los andrógenos, hormonas sexuales que inician su funcionamiento en la adolescencia.

La seborrea es la sobreproducción de sebo.
La hiperqueratosis puede producir comedones abiertos o cerrados.

Hiperqueratosis ductal con obstrucción del folículo pilosebáceo

También conocida como engrosamiento de la capa externa de la piel. Es resultado del exceso de producción de sebo, el desprendimiento irregular de células muertas y obstrucciones del ducto de las glándulas sebáceas.

Colonización bacteriana

El propionibacterium acnes es una bacteria anaerobia, que se encuentra comúnmente en la piel del rostro. No es responsable de iniciar el acné, pero sí de su respuesta inflamatoria y la aparición de pápulas, pústulas, nódulos y quistes.

Si ambos padres sufren acné, es probable que sus hijos también.
El 50% de las mujeres mayores de 25 años tienen problemas cutáneos.

Inflamación

Es el resultado de los procesos anteriormente mencionados; está acompañada por el enrojecimiento.

Existen otros factores que están relacionados con el desarrollo del acné, entre ellos destacan la predisposición genética, los factores raciales —la raza negra tiene mayor tendencia a desarrollar esta patología—, el ciclo menstrual y el embarazo, los cosméticos no libres de grasas, ciertos medicamentos —corticoesteroides, antidepresivos tricíclicos, fenil hidantoínas y litio, así como los derivados de la vitamina B, entre otros—, factores ambientales, como la radiación UV, y el estrés. 

La ingesta de productos azucarados puede empeorar el acné.

Por otro lado, la dieta continúa teniendo un rol polémico, sin embargo, estudios recientes demuestran que los alimentos con una carga glucémica alta elevan la concentración de insulina del plasma que regula los niveles de andrógenos, a la vez que promueve el crecimiento del tejido y aumenta la síntesis androgénica.

3. Síntomas y signos

Clínicamente, el acné,  presenta los siguientes síntomas:

  • Seborrea.
  • Comedones abiertos y cerrados.
  • Pápulas, o lesiones rojizas, dolorosas y sin contenido.
  • Pústulas, o lesiones con contenido purulento.
  • Nódulos, o lesiones inflamatorias más profundas, duras y dolorosas. 
  • Quistes, o lesiones profundas con contenido sebáceo o serosanguinolento.
La salud emocional de los pacientes con acné puede afectarse.

Se puede tener como resultado cicatrices elevadas, deprimidas o hiperpigmentación postinflamatoria, es decir, manchas oscuras irregulares en los lugares donde hubo las lesiones.

4. Clasificación del Acné

Aunque existen diversas clasificaciones de esta patología, una de las más utilizadas es aquella presentada por el Grupo Latinoamericano de Estudio del Acné (GLEA) que lo divide según el tipo de lesiones predominantes:

Según la cantidad de lesiones se puede clasificar el acné en:

Leve< 20 comedones y < 15 lesiones inflamatorias o < 30 en total
Moderado20 – 100 comedones
15- 50 lesiones inflamatorias
30 – 125 lesiones en total
Intenso> 5 quistes, > 100 comedones,
> 50 lesiones inflamatorias o >125 en total
*Tomado de Arenas R. Dermatología Atlas: Diagnóstico y tratamiento. 5ta edición (2013). México, McGraw – Hill

Según la edad de presentación, se lo puede dividir de la siguiente manera:

  • Acné neonatal (de 0 a 30 días): Es autorresolutivo y se presenta con mayor frecuencia en varones. La transferencia hormonal de andrógenos maternos que estimulan las glándulas sebáceas corresponde a su principal causa.
  • Del lactante (1 a 24 meses): Afecta al 20 % de los lactantes y es más común en niños que niñas. Se puede suscitar por la sobreestimulación de las glándulas suprarrenales o por una infección causada por Malassezia.
  • Infantil (2 a 7 años): Puede aparecer a causa del hiperandrogenismo o desarrollo precoz.
  • Preadolescente (8 a 11 años): Es resultado de la adrenarquia y de la maduración ovárica o testicular.
  • Adolescente (12 a 24 años): Durante la adolescencia, aumentan los niveles de testosterona (hormona masculina) tanto en hombres como en mujeres. 
  • Del adulto (mayor de 25 años): Puede ser persistente entre pacientes que han sufrido acné desde la adolescencia y acné tardío, aquel que aparece después de la pubertad, afectando el mentón y la mitad inferior del rostro. En el último caso debe descartarse un trastorno hormonal, el más común es el síndrome de ovario poliquístico.

5. Tratamiento

El acné puede provocar trastornos emocionales.

El dermatólogo dialogará con el paciente sobre la prolongada duración de la terapia, la posibilidad de que la mejora no sea inmediata y un posible empeoramiento inicial. Se debe destacar que, hasta al menos dos meses después de comenzar un tratamiento, no puede juzgarse razonablemente su eficacia.

El procedimiento estará destinado a regular la seborrea, disminuir la población bacteriana, impedir la formación de cicatrices, limitar la duración de la enfermedad y reducir el impacto psicológico que produce sobre los pacientes. Para establecer la terapéutica adecuada se deben tomar en cuenta cuatro puntos importantes:

Tipo de lesión

Determinar si son inflamatorias —tal es el caso de las pápulas, pústulas o nódulos— o no inflamatorias —comedones—. 

Gravedad del cuadro

Evaluar la intensidad de las lesiones de acuerdo al número y tipo de lesiones presentes.

Tu médico de confianza te recomendará las pautas de cuidado diario para tratar el acné.

Extensión

Evaluar la afectación de cara, pecho y/o espalda.

Factores asociados

Analizar si la patología es producto del consumo de medicamentos, trastornos hormonales, antecedentes genéticos, etc.

Informa a tu doctor si estás tomando algún tipo de medicación.

Los tratamientos que prescriba el dermatólogo pueden ser tópicos —jabones, lociones o geles— o sistémicos —medicaciones por vía oral— dependiendo de los factores anotados anteriormente.

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