Una piel sana mantiene el equilibrio de los líquidos y ayuda a regular la temperatura corporal. Es muy sensible puesto que reconoce el toque más suave así como el dolor. Este órgano ejerce un impacto significativo en la autoestima del ser humano. Te invitamos a conocer más de tu piel, sus funciones y el cuidado especial que merece en el siguiente artículo.
1. ¿Qué es la piel?
La piel es el órgano más extenso y visible del cuerpo humano, es una barrera fuerte y semipermeable diseñada para protegernos de los elementos externos que amenazan nuestro cuerpo.
1.1 Generalidades de la piel
- Tiene un peso aproximado de 5 al 7 % del peso corporal total.
- Cubre casi 2 m² y representa casi 1/6 de nuestro peso corporal.
- Es húmeda, blanda, suave y algo ácida.
- Su manto ácido actúa como una barrera protectora de gérmenes y bacterias.
- Cumple una función protectora o de ‘filtro’ frente a los rayos del sol.
- Su grosor depende de la zona. Por ejemplo, en la planta del pie puede medir alrededor de 4 mm y en el párpado unos 0.5 mm.
- Su color depende de la cantidad de melanina que se tenga.
1.2 Funciones de la piel
- Protección: La piel, que funciona a manera de filtro, protege nuestro cuerpo de la radiación solar, y otros factores que pueden alterar las células de nuestro cuerpo.
- Barrera-antimicrobiana: Ayuda como barrera protectora que repele sustancias químicas, gérmenes y bacterias que atentan contra nuestro cuerpo.
- Percepción: Al ser responsable del sentido del tacto, la piel posee una gran cantidad de terminaciones nerviosas que son las responsables de las sensaciones; estas advierten factores externos y envían mensajes sensoriales al cerebro.
- Termorregulación: Es la responsable de mantener la temperatura del cuerpo mediante la vasodilatación y la vasoconstricción.
- Endocrina: Absorbe vitamina D, que procede del sol, y la transforma de manera que el cuerpo pueda utilizarla.
- Depósito: Actúa como reservorio de múltiples sustancias como hormonas y sustancias minerales, grasas y orgánicas, entre otras.
- Melanógena: Es la encargada de darle el color o tonalidad a nuestro cuerpo.
2. Estructura de la piel
La piel se compone de 3 capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. Debajo de todas ellas se encuentra el músculo. Los folículos, glándulas sebáceas y sudoríparas, también desempeñan múltiples papeles en la función global de este órgano.
2.1 Epidermis
La epidermis o “cutícula” es la capa más superficial de la piel que nos protege contra los gérmenes, bacterias y toxinas. Es un epitelio plano, poli-estratificado y queratinizado de 5 capas o estratos que son: córneo, lúcido, granuloso, espinoso y basal.
Posee un espesor variable de 0.1 mm, mientras que en las palmas y plantas de los pies es de 1 o 2 mm. Es la capa con mayor número de células, debido a que se alojan las de Langerhans (sistema inmune), Merkel (sistema nervioso), melanocitos (pigmento natural) y el 90% de las células epidérmicas (queratinocitos). Los queratinocitos tienen una función renovadora constante y se encargan de la síntesis de la queratina.
En la epidermis se acumulan las células muertas que se eliminan natural y periódicamente. Por otro lado, juega un papel sensorial muy importante puesto que nos permite sentir frío, calor o humedad.
2.2 Dermis
La dermis es la capa intermedia de la piel. Está constituida por una red de colágeno y fibras elásticas, capilares sanguíneos, nervios, lóbulos grasos y la base de los folículos pilosos y de las glándulas sudoríparas, al igual que las glándulas sebáceas que producen sebo o grasa para lubricar y proteger.
Está compuesta por dos subcapas: la superior —o papilar—, es tejido delgado y rico en células y vasos; confluye en forma de onda con la epidermis, y la inferior —o reticular— zona gruesa y profunda, que establece una convergencia líquida con la hipodermis.
Los principales componentes de la dermis son el colágeno y la elastina, tejidos conectivos que proporcionan fuerza, flexibilidad y un aspecto sano y juvenil a la piel. Es rica en vasos sanguíneos que nutren la epidermis mientras eliminan los desechos. Desempeña una función clave en proteger el cuerpo frente a agentes irritantes externos, así como nutrir las capas externas de la piel desde dentro.
Al ser su grosor entre 20 y 30 veces mayor que el de la cutícula, esta capa desempeña una función protectora que defiende la piel contra los golpes; al igual que una función sensitiva, debido a que se encuentran células y estructuras nerviosas que se encargan de enviar señales al cerebro cuando sentimos presión, calor, frío o dolor.
Aquí se producen los fibroblastos, que se encargan de sintetizar el colágeno, elastina y glicoproteínas. La destrucción de estas fibras se suscita a medida que nuestro organismo envejece.
2.3 Hipodermis
La hipodermis o “subcutis” es la capa adiposa de nuestro organismo. Según su forma, nuestra silueta es más o menos “armoniosa”. Esta capa también contiene células que ayudan a regenerar la piel después de una lesión.
Preserva el calor corporal y representa la reserva energética más importante del organismo, gracias a su almacenamiento y liberación de ácidos grasos. Actúa como sostén de nervios, vasos sanguíneos y glándulas sudoríparas.
Está compuesta por células llamadas adipocitos, que se especializan en la producción y almacenamiento de grasas y que, al degenerarse, producen energía vital. En mujeres estos se distribuyen más en las caderas y glúteos, mientras que en los hombres se concentran más en la zona del abdomen.